martes

SOLEDAD

Hoy he visto mi alma salir por la ventana y he llorado como nadie por verla volar y no poder detenerla.

También he visto llegar a mi soledad porque en estos momentos siento que muero por dentro, sin tener con quien hablar, ni tampoco con quien llorar, lo que me hizo buscar en un intento desesperado este computador tan maltratado por mis descuidos universitarios y lo encendí tratando de quitarme este dolor que me quemaba por dentro, me dediqué a escribir, escribir, para pensar que había alguien escuchándome y que ojalá un consuelo al final de esta carta tal vez yo pudiera a encontrar.

Este es un grito de mi alma, el llanto de un corazón que no sabe como expresar su desesperación, por eso yo sólo quería hablar y desahogarme, para aliviarme un poco, tragándome este llanto que cada día me consume más y que tanto les choca a los que dicen quererme; yo sólo quería tragarme este llanto que si no lo expreso se vuelve mucho más amargo.

Pero es claro que estoy sola, que nadie me escucha y que por supuesto quienes me leen sólo sienten esa profunda lástima que se  le tiene a las personas que ni un paño de lágrimas tienen. 


Por eso, mi soledad y yo hicimos un pacto, el de no volver a pensar en ti. Ni siquiera mencionar tu nombre, para no sufrir más, para no llorar más, para sacarte y arrancarte y volver a conquistar el mundo y ponerlo a mis pies, cuando las migrañas y los insomnios no dañaban mi rostro y no me hacía ver tan demacrada y cansada como estoy ahora; porque aunque no lo crean, la soledad no es un enfermedad sino una renovación espiritual.

 Porque al igual que Fernando Pessoa, sí el poema portugués más famoso de la literatura contemporánea, lo que siento "No, no es cansancio... Es una cantidad de desilusión, que se me entraña en la especie del pensar. Es una sensación abstracta de la vida concreta -algo así como un grito"

Hoy no quiero más, quiero dormir y levantarme cuando sea lo suficientemente fuerte para haber dejado pasado este dolor de no saber que decir cuando mi corazón guarda tantos sinsabores.

Hoy descubrí que definitivamente he dejado de ser quien era y allí está mi soledad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario