De esos momentos en los que se hace obligatorio parar unos segundos y escuchar el silbido del viento y sentir los ruidos de quienes aún no ha podido callar el recitar de sus sentimientos.
Hay momentos de soledad para disfrutar.
Hay momentos de cantar bajo la luna y enloquecer en el amanecer.
Hay momentos para amar y odiar.
Y hay momentos que aunque parecen eternos jamás lo serán de verdad.
Hay momentos para coquetearle a la vida y el amor de tu vida.
Hay momentos para la cursileria y también para los besos torbellinos.
Hay momentos para entregarse con pasión y lujuria
y otros para amar suavemente y morir en suspiro.
Hay momentos para pensar y otros en los que hay que actuar.
Yo vivo de momentos
¿Y tu?
Todos menos los momentos para odiar... Doña!
ResponderEliminarLos momentos de odio son tan necesarios como los del amor. La dualidad de esos sentimientos hacen a un ser humano completo.
EliminarSolo que hay que tener la suficiente inteligencia para no dejar de amar por uno que otro odio por ahí.
Saludos!