Odio los celos y por eso son otro demonio.
Sencillo, esto es porque mi vida es un tormento desde que la inseguridad llegó mi vida. Bien dijo alguna vez Gasparo Gozzi que "los celos son una ceguera que arruina los corazones; quejarse y querellarse no representa signos de afecto sino de locura y malestar".
Todo esto pasa porque uno ama sin restricciones y sin medida.
Un amor que va creciendo tanto y tanto que no se mide y empieza a robar libertad.
Así pues surge el siguiente poema o lo que a mi me dio por llamar poesía.
Anoche soñé contigo, amor mio.
Soñé que te amaba con locura y tu a mi,
soñé que el infinito se hizo tangible
hasta que su mirada se desvió y sentí celos.
Claramente lo que sufre uno es un problema de inseguridad crónico y además un egocentrismo catastrófico.
La historia es así, quienes alguna vez hemos sentido celos sabemos que todo se desprende de aquello que llamamos orgullo
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