Hay días que quisieras que nunca acabaran,
días que huelen a rosas
y que resplandecen como girasoles en primavera.
Hay días que son únicos e inolvidables,
tan perdurables en el pensamiento
como el primer beso,
o el primer regalo
o tan innegables
como el primer amor
o la tristeza más grande de nuestra vida.
Hay días en que yo te recuerdo mucho,
en que siento que me pierdo de la compañía de un ser que me entendía.
Hay días en que siento
que tu perdida fue en vano,
y que te necesito amigo querido,
tanto o más que cuando me robabas
el alpinito o las compotas.
Me ensañaste cosas maravillosas
pero que a veces olvido,
por conveniencia y orgullo.
Entonces me siento culpable y pienso en aquellos días.
Hay días en que yo siento morir,
en lo que el fracaso y la impotencia
son el diario vivir.
Hay días en que no me conozco,
no sé que hago,
no sé que quiero;
y me pierdo.
Hay días en lo que se me olvida a quién amo
y el porqué,
y siento que enloquecer.
Hay días que quisiera recordar
pero que se me olvidan
sin más.
Hay días que solo suspiro
y sé soñar,
evado el dolor,
la angustia, el desamor
y busco dentro de mi
lo que me hace sentir orgullosa,
libre y hermosa.
Hay días en que la vanidad me envuelve
y pierdo el horizonte
en el ocaso de lo irreversible.
Hay días
en lo que quiero ser
más de lo que soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario