A la pregunta ¿Cómo obligar a alguien que piense que tu eres lo más importante? Nunca habrá respuesta, y esto se debe porque nadie es lo suficientemente desprendido de sí mismo para pensar en alguien más que no sea uno mismo.
Ser egócentrico es el peor de los defectos o al menos para mi.
Ser egócentrico es el peor de los defectos o al menos para mi.
Quice iniciar con esta apreciación, porque aquí estoy de nuevo pidiendo mucho más que palabritas de amor que se esfuman con los detalles, que obviamente no están y con los problemas que causan las ausencias o las presencias limitadas.
Es muy dificil explicar eso de la dependencia emocional, lo que si es muy fácil es empezar a identificarla.
La historia para hacerlo puede ser más o menos así:
Yo tengo un novio que amo con todo el corazón y según él, este sentimiento es plenamente correspondido; lo que sucede es que aquí ni siquiera importa que el "man" -Hombre o sujeto masculino es cuenstión- te quiera, porque si te quisiera, estoy segura que jamás habría dependencia.
El problema radica que a veces confudimos el amor con aquella loca idea de sentir que todo lo que uno hace es para, con y por el otro y lastimosamente no es así. Eso de la incondicionalidad es un arma de doble filo.
El problema radica que a veces confudimos el amor con aquella loca idea de sentir que todo lo que uno hace es para, con y por el otro y lastimosamente no es así. Eso de la incondicionalidad es un arma de doble filo.
Si usted es de las personas que tuvo o tiene un novio que transformó su vida porque perdió todo lo que hacía, tenía y soñaba o porque un día la soledad le pudo más que esas prioridades, es un claro ejemplo que esa persona no es la correcta. Pero ni modo, justo ahí es cuando uno ya está enamorada como idiota.
Y aclaro, estoy enamorada como idiota. ¡Ops! El gran error, por fin la situación se está volviendo asumible, porque uno puede estar enamorado, pero nunca como idota, eso es tan perjudicial como los cancer pero más veloz. Uno se pasa los días trasnochando, madrugando, regalando, apoyando, martiranzando al otro con la curseleria que solo nace en momentos en que el amor ya es casi enfermizo, porque de resto podrían considerarse como arranques de romanticismo ocasionados por el gran sentimiento del amor.
Es decir: la enfermedad del amor. Esta enfermedad empieza basicamente con una ilusión exaspaerante y unas ganas enorme de andar pegada como garrapata del cuello del sujeto, que seguramente se siente ya astiado porque todo el mundo se va a dar cuenta que su novia, amante, esposa o lo que sea, ya sufre de esa enfermedad que muchos identifican con intesidad y luego va aumentando de nivel hasta el punto de sofocar a todas las personas que están cerca de la pareja en cuestión.
En la fase que yo estoy, se llaman celos, los malditos celos. Esta situación que normalmente es fundada por el misterio que manejan los hombres, se convierte en una bola de nieve tan inmensa que casi siempre acaba con la relación.
Aunque si se me permite alguna defensa, estoy reconociendo mi problema y cambiaré para luchar por mi amor. ¡Ay que lindo! Siempre termino emocionandome cuando me leo hablando así.
Tener celos es insorpotable y sobretodo cuando todos saben que eres celosa menos tu. Es como una enfermedad que te ocultan hasta que te vuelves lo suficientemente patética y generas tanta lástima que todos quieren gritartelo a la cara, especialmente el más perjudicado.
Depender emocionalmente de alguien es un sacrilegio, es algo tan aborrecible como la misma violencia, es vergonzo. Que tu bienestar diario esté subdetidado a un sujeto que está claro que no le importas es sencillamente un insulto a la libertad, a los derechos a como ciudadano, como sujeto pensador y por supuesto, como mujer.
Me puse medio liberal pero es cuando empecé a escribir esta entrada ya tenía una crisis emocinal que solo se arregló con una llamada y un beso del adorado del cual dependo para estár bien. Lo más chistoso del asunto es que la dependencia emocional es algo pasajero, dura tanto como puede durar el mal trato del sujeto antes mencionado y es tan fragil que se cura hasta que llega otro más detallista, amoroso y buen amante, lo último es fundamental, un hombre apasionado siempre es más propenso a enamorar a las chicas con baja autoestima.
Yo odio el egocentrismo pero odio más a los que piensan que amar es dejarme maltratar, es perder el orgullo y la dignidad.
Aunque si se me permite alguna defensa, estoy reconociendo mi problema y cambiaré para luchar por mi amor. ¡Ay que lindo! Siempre termino emocionandome cuando me leo hablando así.
Tener celos es insorpotable y sobretodo cuando todos saben que eres celosa menos tu. Es como una enfermedad que te ocultan hasta que te vuelves lo suficientemente patética y generas tanta lástima que todos quieren gritartelo a la cara, especialmente el más perjudicado.
Depender emocionalmente de alguien es un sacrilegio, es algo tan aborrecible como la misma violencia, es vergonzo. Que tu bienestar diario esté subdetidado a un sujeto que está claro que no le importas es sencillamente un insulto a la libertad, a los derechos a como ciudadano, como sujeto pensador y por supuesto, como mujer.
Me puse medio liberal pero es cuando empecé a escribir esta entrada ya tenía una crisis emocinal que solo se arregló con una llamada y un beso del adorado del cual dependo para estár bien. Lo más chistoso del asunto es que la dependencia emocional es algo pasajero, dura tanto como puede durar el mal trato del sujeto antes mencionado y es tan fragil que se cura hasta que llega otro más detallista, amoroso y buen amante, lo último es fundamental, un hombre apasionado siempre es más propenso a enamorar a las chicas con baja autoestima.
Yo odio el egocentrismo pero odio más a los que piensan que amar es dejarme maltratar, es perder el orgullo y la dignidad.