martes

Decisión

Hay letras que se vuelven premoniciones, o eso creo. Hace días escribí sobre el miedo y sobre la inseguridad, me pasé pensando porqué la razón de mi cobardía y sobre ese profundo desasosiego que siento cuando no tengo ni idea de porqué me pasan las cosas.

Por fin me vi enfrentada a una decisión en mi vida en la que realmente estoy arriesgando mucho, no ha sido evidente para nadie y tal véz nunca nadie sepa que tuve que hacer por amor, por miedo o por simple comodidad. No tengo los móviles aún, pero en definitiva, ha sido lo más duro que jamás hubiera pensando que me tocaría a mi.


No creo que lo esté asumiendo, y es ahí en donde está mi más gran de acto de cobardía.

Aún no conozco las consencuencias, y trato de ser positiva y esto es porque todo mi alrededor me dice que serán muy malas, me estoy haciendo la fuerte y trato te refugiarme en experiencias agradables que despejen mi mente, a tal punto de no sentirme para nada culpable de lo que pase de aquí en adelante.


Hay momentos en que lo logro y otros en los que me siento tan profundamente vacía y sola, que solo quisiera desaparecer. 

Aquel dicho de "nunca escupas para arriba, porque luego cae en tu cara" es cierto, y sí que es amarga la saliva cuando cae, amarga y fría. Lo he comprobado muchas veces,  pero nunca como en esta ocasión. 






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